Con la llegada del otoño, Lisboa se convierte en un destino ideal para los viajeros ávidos de descubrir la increíble diversidad de paisajes y espacios naturales protegidos que alberga esta vibrante ciudad a orillas del Atlántico.
Lejos de ser solo una urbe cosmopolita llena de encanto, la capital de Portugal cuenta con un rico patrimonio natural que invita a practicar turismo activo y descubrir majestuosos parques, playas vírgenes, miradores espectaculares y toda clase de ecosistemas.
Recorriendo los rincones más emblemáticos de la región, el visitante podrá admirar la belleza singular de Lisboa mientras disfruta del clima templado otoñal. A continuación, presentamos una completa guía con los imperdibles naturales que no te puedes perder en tu próximo viaje.
La mágica Reserva Natural do Estuário do Tejo
Uno de los tesoros naturales ocultos más impresionantes en los alrededores de Lisboa es la Reserva Natural do Estuário do Tejo, un humedal de importancia internacional ubicado en la desembocadura del río Tajo.

Con una superficie de 14.192 hectáreas, esta reserva alberga una asombrosa biodiversidad y se ha consolidado como un paraíso ornitológico que atrae a miles de aves migratorias procedentes de Europa y África.
Declarada Zona de Protección Especial para las Aves, la reserva cuenta con salinas, marismas, islotes, bancos de arena y aguas poco profundas que conforman el hábitat perfecto para más de 120 especies de aves.
Entre las aves más representativas que habitan o visitan este humedal destacan los flamencos rosados, las garzas reales, cigüeñelas, avocetas, chorlitos, aguiluchos laguneros y una nutrida colonia de cormoranes.
Los amantes del birdwatching encontrarán aquí un auténtico paraíso. Recorriendo los senderos de la reserva a pie o en bicicleta, los visitantes podrán observar centenares de aves en su hábitat natural.
Otra opción es realizar tours guiados en barco para navegar por los canales y tener una perspectiva privilegiada de este increíble oasis natural.
Las mejores épocas para avistar aves en la Reserva Natural do Estuário do Tejo son durante la primavera y el otoño, coincidiendo con los períodos migratorios.
La imponente belleza del Parque Natural da Arrábida
Ubicado a solo 40 km de Lisboa, el Parque Natural da Arrábida es uno de esos enclaves que quitan literalmente el aliento.

Constituido por una imponente cadena montañosa que se eleva de manera abrupta desde el mar y alcanza los 500 metros de altura, el paisaje de este parque natural deja boquiabiertos a los visitantes.
Declarado parque natural en 1976 para preservar sus valores paisajísticos y ecológicos excepcionales, en Arrábida convergen acantilados escarpados bañados por el océano Atlántico, exuberantes bosques en las laderas y cumbres de las montañas y pequeñas calas de arena dorada con aguas turquesas.
Los senderos serpenteantes que recorren el parque permiten a los excursionistas caminar rodeados de una vegetación exuberante única en el mundo, con especies endémicas como la adelfilla y el narciso de Arrábida.
Escalar la montaña más alta, el Pico da Águia, es una experiencia inolvidable. Desde la cima se obtienen unas vistas panorámicas espectaculares de toda la costa y el océano.
Otra manera memorable de explorar este parque natural es recorriendo sus acantilados en kayak. Navegando junto a los farallones el visitante podrá admirar la fuerza del Atlántico y avistar las numerosas cuevas que han modelado el paso de las olas durante milenios.
Sin dudas, el Parque Natural da Arrábida es una joya imprescindible para conocer la riqueza paisajística de la región de Lisboa.
El oasis de tranquilidad del Parque Forestal de Monsanto
Inmerso en la urbe de Lisboa se encuentra un espacio que parece sacado de un sueño: el Parque Forestal de Monsanto.
Con una extensión de 10 km2, Monsanto se ha consolidado como el pulmón verde de la ciudad. Sus senderos serpenteantes entre bosques, praderas y zonas de picnic transportan al visitante a un ambiente de tranquilidad.
Recorriendo este parque a pie o en bicicleta, respiraremos aire puro mientras nos olvidamos por completo del ajetreo citadino.
Monsanto alberga una importante zona boscosa donde predominan especies como los pinos, alcornoques y cedros. Los amantes del birdwatching podrán avistar una variada avifauna entre los árboles.
Uno de los atractivos principales es el mirador de Portas do Sol, desde donde se obtienen unas espectaculares vistas panorámicas de Lisboa y el río Tajo.
Otros puntos de interés son el Jardín Amália Rodrigues, un bello rincón con flores, estanques y esculturas dedicado a la famosa fadista portuguesa.
También merece la pena visitar el Parque Educativo, especialmente diseñado para que los niños interactúen con la naturaleza y aprendan sobre ciencias ambientales.
Sin dudas, el Parque Forestal de Monsanto es el lugar ideal para escapar del bullicio citadino y adentrarse en un oasis de paz sin salir de Lisboa.
Cabo da Roca y sus impresionantes acantilados
Uno de los parajes naturales más emblemáticos en los alrededores de Lisboa es Cabo da Roca. Ubicado al extremo occidental del continente europeo, este cabo ofrece un paisaje de belleza cautivadora.
Los acantilados de Cabo da Roca se elevan de manera imponente sobre las aguas del océano Atlántico, alcanzando hasta 140 metros de altura sobre el nivel del mar.
Desde el Farol de Cabo da Roca, construido en 1772, los visitantes podrán admirar unas vistas únicas del cabo y su costa accidentada.
Para apreciar en detalle la majestuosidad de este paraje natural, recomendamos recorrer el sendero peatonal que bordea los acantilados. Este camino nos permitirá caminar en compañía del océano y la brisa marina.
En el punto más occidental, conocido como Pedra da Ursa, encontraremos un monumento que marca el extremo continental europeo y nos invita a reflexionar ante la poderosa fuerza de la naturaleza.
Visitar Cabo da Roca es una experiencia que nos conecta con lo sublime y lo efímero. Es un recordatorio de la grandeza de la Tierra ante la que nos sentimos pequeños.
Playas de ensueño en la costa de Lisboa
¿Hay algo más placentero que caminar descalzos por una playa de fina arena dorada mientras el mar acaricia nuestros pies? Sin dudas, las playas son uno de los grandes atractivos naturales para disfrutar en Lisboa durante el otoño.
La Costa da Caparica es un destino favorito para los amantes de las playas extensas y poco concurridas. Con unos 10 km de longitud, en Caparica encontraremos playas que se extienden a lo largo, ideales para paseos relajados disfrutando de la brisa marina.
Otra playa muy apreciada por surfistas es la Praia do Guincho, conocida por sus olas y vientos constantes que la convierten en un paraíso para la práctica de windsurf y kitesurf. Rodeada de imponentes dunas, en Guincho podremos combinar la diversión en las olas con caminatas por los médanos.
Para los amantes de la naturaleza salvaje, la Costa de Caparica alberga algunas playas vírgenes de arena fina donde es posible encontrar tranquilidad incluso en temporada alta. La peaceful Praia do Rei y la aislada Praia da Mata son algunas de las favoritas.
En estas playas lisboetas también hay una interesante vida marina que podremos admirar practicando snorkeling en los arrecifes rocosos. Con un poco de suerte será posible avistar estrellas de mar, pulpos, erizos y peces de llamativos colores.
Ya sea para relajarnos al sol, contemplar un atardecer sobre el mar o disfrutar de actividades acuáticas, las playas de Lisboa nos brindan la dosis perfecta de naturaleza, belleza y diversión.
Jardines botánicos: oasis de paz y conocimiento
¿Te apetece sumergirte en un mundo de plantas exóticas y pájaros cantores, sin alejarte del centro de Lisboa? Los jardines botánicos de la ciudad son pequeños oasis que nos transportan a un ambiente de relax, conocimiento y conexión con la naturaleza.
El Jardín Botánico Tropical, administrado por el Instituto Superior de Agronomía, alberga una asombrosa colección de más de 20.000 plantas exóticas procedentes de regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo. Recorriendo sus senderos rodeados de palmeras, árboles frutales y flores exoticas, sentiremos que nos transportamos a otro continente.
Otro jardín imperdible es el Jardim Botânico d’Ajuda, custodiado por el monumental Palacio Nacional de Ajuda. Creado en 1768, este es uno de los jardines botánicos más antiguos de Europa. Alberga una valiosa colección de plantas autóctonas y especies traídas de colonias portuguesas.
El Jardim Botânico da Faculdade de Ciências de Lisboa también cuenta con una interesante colección de flora mundial. Inaugurado en 1974, el jardín alberga unas 5000 especies de plantas perfectamente catalogadas y rotuladas.
Recorrer estos vergeles en Lisboa se convierte en toda una experiencia sensorial, donde el canto de las aves y las fragancias nos transportan a un estado de relajación y conexión con la naturaleza.
Senderismo en la Sierra de Sintra
A solo 30 km de Lisboa comienza un territorio que parece sacado de un cuento de hadas. Nos referimos a la Sierra de Sintra, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Recorrer los senderos y bosques de la Sierra de Sintra nos permite descubrir castillos medievales, palacios antiguos y una exuberante vegetación donde se combinan especies del sur de Europa con árboles y helechos procedentes de latitudes tropicales.
Uno de los trekkings imprescindibles es la Ruta de los Castillos. Este camino nos permite visitar el Castillo de los Moros, el Palacio da Pena y el Castelo dos Mouros.
Otra caminata memorable es el Circuito da Peninha. Este sendero serpentea entre bosques hasta alcanzar el mirador natural conocido como la “silla de la monja”, desde donde se obtienen unas vistas fascinantes del litoral.
La Sierra de Sintra y sus alrededores concentran algunos de los paisajes más mágicos de Portugal. Recorrer sus senderos en otoño con el ambiente brumoso es una experiencia única para los amantes del trekking.
Kayak en Setúbal, aventura en el estuario del Sado
La ciudad de Setúbal, ubicada a solo 45 minutos de Lisboa, es el punto de partida ideal para explorar el estuario del río Sado practicando kayak.
Remando por estas aguas tranquila rodeados de naturaleza nos sentiremos como verdaderos exploradores. El estuario del Sado es un paraíso para avistar delfines, quienes acuden aquí para aparearse y criar a sus crías.
Haciendo una excursión guiada en kayak tendremos grandes posibilidades de encontramos con estos adorables cetáceos. El avistamiento de delfines nadando y brincando cerca de nosotros se convertirá en uno de los grandes highlights del viaje.
Otras especies que habitan el estuario son las nutrias, los cormoranes y una rica biodiversidad marina. También se pueden admirar antiguas salinas artesanales donde aún se sigue produciendo sal de forma tradicional.
Para los que buscan aventura, kayak en Setúbal es una experiencia inolvidable que combina actividad física, naturaleza y adrenalina en un entorno único a las puertas de Lisboa.
Otoño en Lisboa: el momento perfecto para conectar con la naturaleza
Como hemos visto a lo largo de este recorrido, la región de Lisboa esconde auténticos tesoros naturales que en otoño se llenan de magia y belleza.
Lejos del tópico que la reduce a una ciudad, Lisboa y sus alrededores cuentan con imponentes parques naturales, playas de arena fina, acantilados sobre el Atlántico, senderos entre bosques centenarios y una biodiversidad que invita a la aventura y la contemplación.
Con el descenso de las temperaturas y la baja temporada turística, el otoño se presenta como el momento ideal para visitar Lisboa y descubrir todos sus encantos naturales.
Los paisajes se tiñen de ocres y rojizos, las aves migratorias llegan a la región, la playas se vuelven solitarias, la bruma envuelve los bosques otorgando un aire mágico… Son muchas las razones para programar un viaje en esta época del año.
Así que ya lo sabes, si buscas vivir una experiencia única en uno de los destinos más fascinantes del sur de Europa, no dudes en incluir Lisboa en tus planes para este otoño. La ciudad te espera para mostrarte todos sus tesoros aún desconocidos.